Placer Culpable: ¿En qué consiste?

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Jessica Davó García

En múltiples ocasiones, en nuestro día a día, puede que nos enfrentemos a ciertas situaciones que nos generen una sensación de bienestar y tranquilidad, las cuales son importantes, lo mismo pasa en nuestro día a día a lo largo del desarrollo de nuestra vida cotidiana, muchas veces podemos llegar a experimentar una felicidad y alegría debido a una acción en específico.

Placer Culpable

A pesar de esto, normalmente, esas situaciones pueden hacer que entren en juego otros sentimientos como el placer culpable, que se contraponen al optimismo inicial y aunque parezca un poco extraño, realmente no es tan fuera de lo común que esto suceda, ya que, normalmente, el ser humano se encuentra inmerso en muchísimas contradicciones internas que puede ocasionar deseos contradictorios.

En este sentido, podríamos decir, que se trata constantemente de los placeres que sentimos en la vida, y comprender este tipo de situaciones en diversos ámbitos de nuestra vida, sin duda, nos puede ayudar a conocer un poco más acerca del Placer Culpable, es por eso, que en este artículo abordaremos el tema.

¿En qué consiste el Placer Culpable?

En primer lugar, es importante definir qué es en sí un Placer Culpable, y esta es una sensación de bienestar que nota una persona por realizar una acción en específico, pero que, al mismo tiempo, esta nos genera un cierto nivel de preocupación porque, al mismo tiempo, tenemos la creencia de que se trata de algo perjudicial para la persona en sí, o para los demás.

Ahora bien, si lo buscamos comprender de otra manera lo que quiere decir Placer Culpable, podríamos decir que el placer se basa principalmente, en esa creencia de que se puede ocasionar un malestar, a pesar de que esa acción en específico, produce satisfacción al individuo, lo cual quiere decir, que es una manifestación de dos emociones, que se encuentran contrapuestas entre sí, porque ocasionan distintas sensaciones con distintos significados.

¿Por qué sentimos vergüenza de algo que nos gusta?

En ocasiones, consideramos frecuente que las personas se cuestionen acerca de las sensaciones que produce hacer algo que pueda causar efecto contrapuesto, de generar malestar y placer a su vez a las personas con alguna acción, en base a ello, la cuestión que nos formulamos aquí, es por qué en ocasiones, es tan difícil compartir algo de esa índole con los demás.

Qué es el Placer Culpable

En este sentido, podríamos decir que esta tendencia sucede por tres conceptos bastante claves que se relacionan a lo que es el Placer Culpable, ya que muchas veces, es la vergüenza, el autoconcepto, y el miedo a que exista una evaluación social negativa acerca de esas sensaciones que podemos notar ante ciertas situaciones en específico.

Debido a ello, tenemos que afirmar, que, en primer lugar, tenemos Vergüenza, la cual, normalmente, es una sensación que limita al ser humano, de tener una autoevaluación negativa, y que, a su vez, ocasiona que podamos corregir ciertos errores que estamos cometiendo, y nos permita mejorar en ese sentido, sin embargo, en ocasiones, esta puede ser excesiva, ya que controla y corrige por completo todo lo que puede afectarnos de una forma, normalmente, negativa. Sin embargo, pensando de forma racional, podríamos arrojar la siguiente interrogante, la cual sería, ¿Es realmente vergonzoso o nos define la misma Vergüenza como personas, por tener un Placer Culpable?

Asimismo, a partir de esta línea podríamos catalogar a ese Placer Culpable, como esa incomodidad que hace que se genere esa disonancia entre la imagen que nos gustaría tener de nosotros mismos, y lo que realmente está ocurriendo, y es allí, donde comienza un conflicto entre el Autoconcepto ideal acerca de lo que realmente somos, y es por eso, que la evaluación social negativa, muchas veces depende de la conducta que tengamos nosotros, de nuestras emociones y pensamientos que tenemos como seres humanos.

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    Existe esa necesidad constante de vivir en grupo ya sea en mayor o menor número de personas y obtener siempre de alguna manera un visto bueno desde el punto de vista social acerca de lo que hacemos o pensamos, sin embargo, es conveniente destacar, que las relaciones con las demás personas, son fundamentales en nuestro día a día, ya que el ser humano es un ser social.

    Frecuentemente, esa valoración social a la que hemos mencionado anteriormente, y que tanto tomamos en cuenta en nuestro día a día, cuando se realiza de una forma negativa, hace que nosotros tengamos más cuidado a la hora de compartir todo aquello que nos pueda hacer sentirnos diferentes a las demás personas, como nuestros gustos, o cosas que podemos sentir que debemos cambiar, y nosotros podríamos decir que cada persona ejerce un rol completamente distinto, tanto en el ámbito familiar, en el social, en el laboral, o entre otros.

    Es allí donde el ser humano expresa o exterioriza la conducta que considera adecuada según el rol que ejerce, y es por eso, que nuestro comportamiento externo y las cosas que nos gustan las cohibimos, debido a que nos regimos por un comportamiento de lo que debería hacer, lo que tengo que hacer, y, en el caso de los Placeres Culpables, las cosas que se supone que no me deberían gustar y las que sí.

    Normalmente, es en este punto, en donde nos referimos a que, eventualmente, esos Placeres Culpables nos ocasionan vergüenza de alguna manera, debido a que nos aferramos a ese yo ideal que se construye a base de distintas etiquetas sociales, que son simplemente las cosas que consideramos adecuadas, y las que no, y es allí, donde tener gustos completamente distintos a los de otras personas, nos hace compararnos con otras personas y que comencemos a sentirnos inseguros ante este tipo de situaciones.

    ¿Cuáles son los ejemplos para entender mejor el placer culpable?

    Para que se entienda un poco mejor la finalidad de este tema, consideramos necesaria la aplicación de algunos ejemplos con situaciones donde puede encontrarse este tipo de placer, recordemos que no son más que hipotéticas, y que pueden ser presentadas por las personas que tienen un Placer Culpable, así que, a continuación, conoceremos algunos ejemplos más comunes en este tipo de casos, los cuales pueden ser:

    Sentir Placer Culpable

    • Uno de los más frecuentes, hace alusión a aquellas comidas que suelen ser perjudiciales para la salud de un individuo, como, por ejemplo, la glotonería, las bebidas azucaradas, entre otras.
    • También pueden existir ciertos gustos por algunas películas, o series bastante antiguas, y que, sin embargo, siguen teniendo, de algún modo, relevancia en la vida de una persona.
    • También otro ejemplo bastante claro de un Placer Culpable, es la de pasar varias horas de ocio, sin realizar nada productivo durante todo un día, incluso aislado de una vida social.

    Aunado a lo antes expuesto, también es importante mencionar que el Placer Culpable en sí, puede ser proporcional a distintas actividades que llegue a tener cada persona, y esto puede incluir distintos factores, como la edad, el sexo, las experiencias traumáticas, entre otros tipos de factores.

    Aceptación Social

    Cómo ya lo mencionamos en apartados anteriores, muchas veces, el miedo al qué dirán o cómo nos catalogará la sociedad, hace que nosotros nos restrinjamos de alguna manera, al momento de reflejar nuestros gustos verdaderos, y es que, según los autores Watson y Friend, se define al miedo a esa evaluación negativa, como un temor hacia la valoración de los demás, y las expectativas que puedan tener estos mismos.

    Es por eso, que no tener una aprobación por parte del resto de las personas, puede que nos ocasione malestar, podríamos decir que algo tan irrelevante como tener gustos por una serie, o alguna canción en particular, o cualquier tipo de preferencia en cuanto a ocio, nos puede afectar de tal manera, que nos neguemos por completo, a comentar de cualquier manera acerca de que nos gustan ese tipo de cosas.

    Para finalizar, debemos afirmar, que no cabe duda alguna, a lo largo del presente artículo, hemos podido apreciar que, normalmente, estas creencias del qué dirán, acerca de nosotros mismos, cuando nuestros gustos sean completamente contrarios a los de otras personas, y nos haga cuestionarnos de alguna manera.

    En ocasiones, nos hace temer acerca de las otras personas, y podamos sentir esos factores negativos a los que hicimos mención previamente como la vergüenza, la idea de autoconcepto, y el miedo de esa evaluación social de forma negativa, es lo que nos condiciona a ocultar todo eso que nos gusta.

    Sin embargo, nunca está de más recordar que, en el caso de que sintamos este tipo de situaciones, nunca es tarde para intentar buscar ayuda profesional con un experto en la salud mental, y que nos guíe en estas situaciones con las herramientas necesarias, para salir de estos casos que, sin duda, pueden de alguna manera ser perjudiciales para nuestra vida, ya que el bienestar de nuestra salud mental siempre será lo más importante.

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    Referencias Bibliográficas

    Del Moral, Adriana. «Juan Gabriel: placer culposo y cultura popular.» La Jornada (2014).

    Frías, Isaac León. «Explotation movies: Los placeres (no culposos) del desenfreno.» Ventana Indiscreta 028 (2022): 4-11.

    Segal, Guido. «Placeres culposos, placeres sencillos.» El Amante Cine 192 (2008): 26-26.

    Preguntas relacionadas sobre el placer culpable y en qué consiste

    ¿Qué quiere decir placer culpable?

    El término placer culpable se refiere a aquellos momentos de disfrute o actividades que, aunque brindan satisfacción, generan un sentimiento de culpa o vergüenza. Esta dualidad se presenta en diversas áreas de la vida cotidiana, como la alimentación, el entretenimiento o las relaciones sociales.

    Algunos ejemplos comunes de placeres culpables incluyen:

    • Ver series o películas de baja calidad.
    • Consumir alimentos poco saludables.
    • Pasar tiempo en redes sociales en lugar de cumplir con responsabilidades.

    ¿Cuál es el significado del placer culpable?

    El placer culpable se refiere a aquellas actividades o gustos que disfrutamos intensamente, a pesar de que a menudo sentimos remordimiento o vergüenza por ello. Estos placeres pueden entrar en conflicto con nuestras normas personales, culturales o sociales, lo que genera una sensación de culpa al disfrutar de ellos. Este fenómeno es común en la vida cotidiana y abarca diversas áreas, desde la comida hasta la música o el entretenimiento.

    Entre los ejemplos más comunes de placeres culpables, se pueden mencionar:

    • Comer alimentos poco saludables, como golosinas o comida rápida.
    • Ver programas de televisión considerados «basura» o poco edificantes.
    • Escuchar música de géneros que no se consideran «elevados» o «serios».

    La clave del placer culpable radica en la dualidad de experimentar alegría y, al mismo tiempo, un peso emocional negativo. A menudo, estos placeres nos ofrecen una forma de escape o recompensa en medio de nuestras responsabilidades diarias, lo que los convierte en un aspecto interesante y complejo de la psicología humana.

    ¿Qué es tener un placer culposo?

    El concepto de «placer culposo» se refiere a aquellas actividades o gustos que, aunque generan satisfacción o disfrute, son acompañados de sentimientos de culpa o vergüenza. Este fenómeno puede surgir de normas sociales, expectativas culturales o incluso de creencias personales que dictan lo que se considera «aceptable».

    Los placeres culposos pueden abarcar diversas áreas de la vida, tales como:

    • Alimentación: Disfrutar de comidas poco saludables, como postres o comida rápida.
    • Entretenimiento: Ver series o películas que son consideradas de baja calidad o «basura».
    • Tiempo libre: Pasar horas en redes sociales o videojuegos en lugar de cumplir con responsabilidades.

    ¿Cuál es tu respuesta de placer culpable?

    El concepto de placer culpable se refiere a esas actividades o gustos que disfrutamos en secreto, a menudo por su naturaleza trivial o considerada inapropiada. Por ejemplo, ver programas de televisión que son frecuentemente criticados por su falta de calidad, o disfrutar de ciertos alimentos que sabemos que no son saludables. Estos momentos nos ofrecen una forma de escape de la realidad y nos permiten desconectar de las exigencias diarias.

    Una respuesta común al placer culpable puede ser la música. Muchas personas sienten una atracción por géneros que no consideran «serios» o «artísticos», como el pop comercial o la música de los 80. Estas melodías, a menudo, evocan recuerdos nostálgicos y nos permiten relajarnos y disfrutar sin juicios. Escuchar estas canciones puede ser una forma de reconectar con momentos felices del pasado, aunque seamos conscientes de que no son las elecciones más «refinadas».

    Otra manifestación del placer culpable es la literatura ligera, como las novelas románticas o las historias de fantasía juvenil. Aunque algunos pueden considerar que no aportan un valor significativo, estas obras proporcionan un escape emocional y una sensación de satisfacción inmediata. Leer este tipo de libros puede ser una forma de consentirse un tiempo de ocio sin preocupaciones, disfrutando de tramas sencillas y finales felices.

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    Jessica Davó García

    Graduada en Educación Infantil por
    la Universidad Católica, San Antonio de Murcia (UCAM), graduada en Psicología por la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), especializada en Trastornos
    del Espectro Autista y Atención Temprana.

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