Síndrome de Estocolmo

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Jessica Davó García

Algunas veces las personas han escuchado hablar del Síndrome de Estocolmo, aunque existen películas que nos muestran este síndrome, en este artículo te mostraremos más a profundidad sobre esta patología desde una perspectiva integral que incluye la síndrome de estocolmo psicología.

Síndrome de Estocolmo

En este sentido, el síndrome de Estocolmo es cuando una persona que se encuentra secuestrada o en su defecto, es víctima de abuso, la misma crea un vínculo con su secuestrador o abusador, es allí donde se desarrolla una relación de confabulación y un fuerte vínculo donde se une afectivamente hacia la persona que la tiene retenida en contra de su propia voluntad.

Cabe destacar, que las personas que sufren de esta patología se les hace fácil simpatizar con su apresador. Por otra parte, se originan los sentimientos de afecto, admiración, respeto, etc., lo cual es todo lo contrario al terror y odio, que es lo esperado por parte de las víctimas en tales situaciones.

Normalmente, esta afección puede desarrollarse a lo largo de años, meses, semanas o incluso puede ser en cuestión de días.

Por otra parte, este síndrome no se encuentra aprobado como diagnóstico oficial de la salud mental, así como en los manuales más importantes de la Psiquiatría, tal como son: la “Clasificación internacional de enfermedades” y “Manual diagnóstico y estadístico de los Trastornos mentales”, es decir este síndrome no está reconocido.

En este orden de ideas, los Psicólogos, Psiquiatras, y otros profesionales que pertenecen al mundo de la medicina, creen que este trastorno emocional, es un mecanismo de supervivencia, una estrategia para enfrentar, o una extraña forma que utilizan las víctimas para así manejar el trauma que supone un contexto de tal extensión.

Debido a ello, es que se puede decir que esta rareza, donde la causa aún se desconoce, lo cual no es muy habitual que suceda, de hecho, en algunos casos puede resultar extremadamente complicado intentar entenderla..

Síndrome de Estocolmo: Comprensión Psicológica

La comprensión del síndrome de estocolmo psicología es crucial para entender cómo una persona puede desarrollar sentimientos positivos hacia quien le causa daño. Este fenómeno indica la complejidad de la mente humana y la manera en que las víctimas pueden formar vínculos afectivos con sus agresores como un mecanismo de defensa psicológico.

Características del Síndrome de Estocolmo

Es fundamental reconocer las sindrome de estocolmo caracteristicas para poder identificar este trastorno. Entre los elementos definitorios se encuentran:

  • Desarrollo de una relación de complicidad y afecto entre la víctima y el captor.
  • La negación de la victimización por parte del afectado y la justificación de las acciones del agresor.
  • El rechazo a colaborar con las autoridades y una percepción distorsionada de la realidad.

Estas características se manifiestan en diferentes grados y pueden ser más evidentes en algunos casos que en otros, lo que hace que el diagnóstico y comprensión sean desafiantes.

Síntomas del Síndrome de Estocolmo

Es importante conocer lo que siente una persona que sufre el síndrome de Estocolmo, es por eso, que a continuación conocerán los síntomas más relevantes que puede desarrollar una persona con esta patología:

  • Desarrollo de emociones favorables y positivos hacia la persona que la tiene secuestrada o abusada, tanto así que puede llegar a cooperar con el mismo.

 

  • Desarrollo de sentimientos de rechazo, puede ser resentimiento y odio hacia los cuerpos de seguridad, autoridades o personas que puedan ayudarla y a su vez alejarla del secuestrador. Por el cual, la reacción más habitual es negarse a colaborar con ellos en contra de su abusador.

 

  • Idealización de la figura del apresador, colma de similitudes, causas comunes. Aquí la víctima, entiende que comparten los mismos valores, observa su humanidad y le defiende.

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    Criterios Diagnósticos

    Como se mencionó con anterioridad, el síndrome de Estocolmo no se encuentra incluido en los dos manuales diagnósticos más importantes de Trastornos mentales (El DSM-V y el CIE-10). Es por esta razón, que aún no se puede contar con los criterios de diagnósticos legales que puedan detectar los signos y síntomas clínicos específicos.

    Sin embargo, este síndrome pudo ser incluido en la categoría de estrés postraumático, ya que algunos expertos en trauma han comprendido que el síndrome de Estocolmo es parte del denominado “estrés postraumático complejo”, el cual incluye la idealización del perpetrador.

    Causas del Síndrome de Estocolmo

    La respuesta incomprensible que tiene las personas con esta patología, no suele ocurrir con todos los rehenes o víctimas, puesto que no se encuentra claro el por qué ocurre en algunos casos. A menudo, los signos del síndrome de Estocolmo, o «signo de estocolmo«, pueden variar de un individuo a otro, lo que complica su comprensión.

    Debido a ello, es que la mayoría de psicólogos y médicos, consideran que el síndrome de Estocolmo es un mecanismo de supervivencia, o también, un recurso que ayuda a las víctimas para manejar el trauma, provocado por la situación aterradora.

    Es por ello, que a continuación conocerás algunas causas para tal comportamiento:

    • El vínculo entre la víctima y el autor del delito buscan salir ilesos del incidente, por ello empiezan a cooperar entre ellos.

     

    • Los rehenes tratan de protegerse de situaciones incontrolables, por lo que intenta cumplir los deseos de sus captores.

     

    • En muchas ocasiones, los delincuentes se revelan como benefactores ante las víctimas, así poder evitar un aumento de los hechos. Es por eso, que el afectado en ese momento puede desarrollar una relación emocional, la cual se origina de un sentimiento de agradecimiento.

     

    • La vida personal de la víctima, en este caso también juega un papel muy importante. Puesto que, si ésta sufrió de maltrato durante la infancia, esto hace que se encuentre más propensa a desarrollar el síndrome de Estocolmo.

     

    • Asimismo, le puede surgir un intento del rehén para protegerse de los sentimientos de aislamiento, abandono y amenaza.

    Situaciones en las que surge el síndrome de Estocolmo

    Como ya se ha mencionado con anterioridad, el síndrome de Estocolmo se asocia mayormente con una situación de secuestro y rehenes. Sin embargo, concurren otros contextos más comunes, en donde podemos apreciar estas respuestas, las cuales se detallan a continuación.

    Violencia doméstica

    Muchas veces tanto las mujeres como los hombres que son maltratados por sus parejas, logran desarrollar y conservar un vínculo afectivo con las mismas. Es por eso, que se ha recalcado a estos casos el término Síndrome de Estocolmo doméstico, el cual es conocido como síndrome de la mujer u hombre maltratado.

    En consecuencia, la víctima de maltrato puede llegar a adaptarse a la situación de violencia, aumentando la habilidad para así afrontar estímulos adversos y lograr minimizar el dolor.

    Abuso Infantil

    La mayoría de los abusadores infantiles, suelen amenazar a sus víctimas con daño, e incluso la muerte, logrando así que el niño evite molestar a su abusivo convirtiéndose en obediente.

    Asimismo, en este tipo de contexto, los abusadores tienden a mostrarse amables, por el cual permite ser percibido por el niño logrando así un sentimiento genuino de afecto. Esto hace que el niño se confunda y logra llevarlo así a no entender lo negativo de esta relación.

    Tráfico Sexual

    Aquí las víctimas de tráfico, suelen depender siempre de sus abusadores para cubrir sus necesidades, como alimentos e hidratación. Cuando los mismos, le proporcionan dichos recursos, es donde la víctima logra empezar a desarrollar sentimientos positivos hacia el abusador.

    Por otra parte, pueden resistirse a cooperar con la policía, ya que sienten temor a represalias, o pueden pensar que deben proteger a sus abusadores para protegerse a sí misma.

    Entrenadores Deportivos

    Lastimosamente, existen algunos entrenadores que pueden utilizar de técnicas severas de entrenamiento, las cuales muchas veces pasan a ser abusivas, como, por ejemplo, el atleta que se repite a si mismo, que todo el comportamiento de su entrenador es por su propio bien, esto de acuerdo a un estudio del 2018 puede, convertirse en una forma de síndrome de Estocolmo.

    Síntomas del Síndrome de Estocolmo

    Síndrome de Estocolmo y Violencia Familiar

    Ya que los secuestros son pocos frecuentes, posiblemente sea más interesante centrarnos en un contorno en que lastimosamente, este síndrome se produce de manera mucho más frecuente. Hacemos referencia que en estos casos, hay violencia familiar.

    En este sentido, podemos observar en un primer momento que estas personas con ciertas distorsiones cognitivas como la minimización del problema, la negación o la disociación. Cabe destacar, que ello es, lo que la persona expandirá a quitar importancia o incluso negar la existencia de un maltrato repetitivo, logrando así justificar los actos del agresor. En esto ciertamente, se encuentra gran parte de miedo de la víctima a las amenazas si el problema sale a la luz, ahora también hay una necesidad de la persona por tapar o minimizar lo que está ocurriendo, puesto que el hecho para la pareja, se le hace difícil emocionalmente que recibe maltrato de ella o él.

    Igualmente, en las personas afectadas se puede observar lo que llamamos “Indefensión aprendida”, esto quiere decir, que la persona se siente indefensa ante el problema puesto que, así haga lo que haga, obedezca o desobedezca a su agresor, la situación seguirá siendo la misma, es decir el maltrato va a continuar, y a parte será impredecible.

    De igual manera, como el agresor aísla generalmente a su víctima por medio de una serie de creencias y un modelo mental determinado, los cuales van a cooperar para la unión con el agresor, en un vínculo de poder asimétrico totalmente dependiente. Por su parte ya no habrá bueno y malo, en este caso para la víctima toda agresión será interpretado como ocasionado por ella misma, por no haber obedecido o cumplido con lo deseado por el agresor. La víctima se vuelve sumisa y dócil, y extremadamente cauta en sus actuaciones para garantizar su supervivencia.

    Cabe destacar, que todo esto explica cómo ante una vivencia tan terrible, las personas maltratadas a veces se niegan a abandonar al agresor, retiran las denuncias, a pesar de que queden expuestas a un asedio seguro. Como hemos comprobado antes, más allá del miedo a las consecuencias, existe la sensación real en las víctimas de que no saben valerse por sí mismas y necesitan de la presencia del agresor.

    Fases del Síndrome de Estocolmo

    En casos de víctimas de maltrato por parte de la pareja o cónyuge, se han definido los siguientes niveles psicológicos, a través de los cuales se formaría el síndrome de Estocolmo:

    • Fase Desencadenante: En primer lugar, tenemos que ante los primeros signos de maltrato por parte de la pareja, la víctima deja de sentirse segura y de confiar en ella. Esto genera sentimientos de desubicación, sensación de pérdida de referente, tristeza o episodios de tipo depresivo, etc.

     

    • Fase de Reorientación: En segundo lugar, tenemos que la víctima intentará buscar nuevos referentes, pero al encontrarse prácticamente aislada de su entorno, le resultará difícil comparar su situación con la de los demás.

     

    • Fase de Afrontamiento: En tercer lugar, tenemos que en esta fase, la víctima asume el modelo mental de su pareja, como modo de gestionar la situación de maltrato en la que está inmersa, es por ello que se culpabilizará, se ubicará en un estado de indefensión y le quitará importancia a lo que ocurre.

     

    • Fase de Adaptación: Por último, tenemos que la víctima se identifica con el maltratador y se consolidará el Síndrome de Estocolmo.

    Aunado a lo antes expuesto, el entendimiento de estos procesos permite una mayor comprensión y empatía hacia las víctimas de maltrato y aislamiento forzado, que muy a menudo son concebidas como débiles, desequilibradas, etc. Asimismo, los procesos psicológicos que se generan a raíz de las situaciones de maltratos reiteradas, son muy complejos y no debemos tomarlos desde el punto de vista lógico y simplificado,

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    Jessica Davó García

    Graduada en Educación Infantil por
    la Universidad Católica, San Antonio de Murcia (UCAM), graduada en Psicología por la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), especializada en Trastornos
    del Espectro Autista y Atención Temprana.

    8 comentarios en «Síndrome de Estocolmo»

      • No sé si estoy más sorprendido por el artículo o por tu capacidad para hacer conexiones tan disparatadas. Aunque es cierto que a veces nos sentimos atrapados por las circunstancias, ¡compararlo con el Síndrome de Estocolmo es exagerar un poco!

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